lunes, 17 de enero de 2011

Parón

He decicido hacer un parón en la historia de mi vida. Por un tiempo voy a dedicarme a describir paisajes, personas, situaciones, etc.
Al pasar por la calle de camino a mi casa, he visto a un perro, un labrador concretamente, y me ha parecido tan diferente que he empezado a describirlo automáticamente en mi cabeza :) Ahí va:
"Al pasar por la calle de camino a mi casa, me sorprendió la figura de un animal tan cotidiano pero a la vez tan inusual. Se trataba de un labrador de un color mas claro que el marrón, pero más oscuro que el blanco. Tampoco se trataba de un color beige, sino que más bien tiraba para café con leche.
El animal iba cubierto con un mantón verde para impedir que se le mojase el pelo, y por debajo de él se podía observar una larga y peluda cola, que se movía hacía los lados de una manera lenta, seguramente debido a la edad de éste.
Al pasar por su lado noté como su pesada cabeza se giraba hacia mí, y pude observar la edad que tenía simplemente mirando sus facciones; sus pequeños ojos ocultos bajo las cejas ya canosas; y su hocico, también caído por la edad, del que se abría paso una larga lengua moviéndose involuntariamente.
Aquella mirada me recordaba sin duda a la de un anciano mirando al joven novato, que al mismo tiempo se recuerda a si mismo cuando tenía la edad de éste. Ese aire de sabiduría que escondían sus pupilas se podía ver fácilmente. 
Sin siquiera pensarlo, sonreí ante la belleza de aquel animal y me quedé mirándole, quieta entre la multitud, viendo como el perro se alejaba lentamente.
Sin duda era un animal precioso."

domingo, 16 de enero de 2011

Encuentro

Llegando a la esquina del instituto, oí una voz familiar.
-Sogee!
Al girarme, vi a una chica. Era rubia, con el pelo liso pero ondulado, recogido en una coleta y con un mechón sujeto con una pinza detrás de la oreja. Le quedaba de maravilla. Su piel era blanca con una pequeña tonalidad rosa, y sus ojos azules se escondían detras de unas finas gafas.
-Hola Sheila!
-¡Anda que esperas eh!
-Jajaja lo siento.
Se despidió de su madre con un beso en la mejilla y un "hasta luego", y me acompañó hasta un banco al lado de la puerta del instituto.
Allí nos encontramos con todas las demás.

Beatriz, la chica más alta del grupo, hablaba con las demás sobre no se qué de un partido de baloncesto.
Era rubia, pero de un rubio más oscuro que Sheila; sus ojos eran también azules y llevaba lentillas. Al vernos, nos saludó con una cara de sueño y de felicidad.
Begonia, que seguramente acababa de llegar, dejó su mochila en el banco y se apoyó en el respaldo.
Tenía el pelo negro y unas facciones típicas sudamericanas. Se colocó las gafas y nos saludó.
Estaba también Alejandro, con su siempre pelo castaño peinado hacia delante y sus ojos marrones mirándonos con inquietud.
Había también unas chicas del otro curso y más a lo lejos todos los chicos hablando ruidosamente sobre temas que no pienso escribir :P

Llegaron también dos chicas hablando. Una de ellas llevaba el pelo recogido en una cola de caballo y unas gafas moradas; se llamaba Sara. Marina, que se estaba quitando el gorro blanco de lana, nos saludó con un "holaa" sonoro y vivo. Era morena, menuda y en general, muy mona.
-Buenos días! -dijo Alex-.
-Hola!
-Jo que rollo otra vez lunes.
-Ya ves..
No nos dio tiempo a hablar más, ya que la sirena del instituto, que recordaba a la de una cárcel,  sonó ruidosamente y nos indicó con su grave y ronca voz que entráramos de una vez.

Subimos todos las escaleras, cada uno a su correspondiente clase, y al llegar a la primera planta Sheila y yo nos despedimos de Bea y Bego, que iban al Trinity.
Sheila y yo subimos hablando sobre las navidades y el turrón duro, al llegar a la puerta del aula de informática, nos sentamos en el suelo esperando a que llegara el profesor.
Al otro lado de la puerta, dos chicos mayores que nosotras hablaban sobre.. la verdad no me acuerdo sobre qué.
Daniel, un chico de primero de la eso llegó y se sentó en el otro lado del pasillo, no sin antes saludarnos con un movimento de cabeza. Se puso a jugar con unas peonzas esperando a que llegara su amigo Roberto.
Al escuchar unos característicos pasos, nos levantamos y recogimos las mochilas, esperando a que llegara el profesor.

El profe Antonio llegó y nos saludo con su vozarrón. A primera vista daba la impresión de ser un hombre serio, con su barba marrón y sus gafas; pero una vez le conocías, descubrías que tenía la mentalidad de un niño :)
Llegaba con su cartera negra y buscando las llaves del aula, y disculpándose por la tardanza con la excusa de que no encontraba aparcamiento.
Entramos todos en la clase y nos sentamos cada uno en frente de su ordenador. Aprovechamos al máximo los diez minutos de internet que nos dejaron y después nos pusimos manos a la obra.

Rutina

"Pii, pii"
El despertador marcaba las siete menos cuarto. "Otra vez como siempre" Pensé.
Fuera en la ventana, las luces de las farolas brillaban como pequeños soles e iluminaban mi habitación.
Era verde y grande, con toques en naranja y rosa. Quizás un poco infantil para mi estilo, pero bueno, estaba bien.
Apreté el botón del dichoso despertador y me levanté. Anduve perezosamente hasta el cuarto de baño y empezé a peinarme. Al mirar al espejo, vi a la misma chica de siempre: el cabello oscuro y rizado por debajo del hombro, la nariz ancha y un poco chata; las espesas cejas y los ojos, tan oscuros que parecían negros, que estaban entrecerrados, fruto de la intensa luz.
Bostezé. Mi boca, con los labios un poco hinchados del sueño, se abrió y dejó ver unos minúsculos dientes que parecían aún de leche. Para evitar que el sueño me venciera me lavé la cara con agua fría y un escalofrío mañanero recorrió mi cuerpo, despertándome por completo.
Casi automáticamente, fui hacia mi habitación para vestirme. Abrí el armario y cogí el chándal del instituto, azul marino con detalles en blanco y rojo. Me lo puse y fui a desayunar.
-A ver que hay por aquí... tostadas? no, tardo mucho en hacerlas... leche? no, que me empalaga más todavía la boca.... esto mismo.
Cogí una napolitana y me la comí mientras hacía la mochila. Era lunes, lo que significaba que tenía educación física y mi espalda cargaría con un libro menos.
-Mamá?
No se oyó nada.
-Estaré imbecil! Tenía que irse a trabajar. Por cierto.. ¿Qué hago hablando sola?
Obviamente me callé. Me puse mis nikes negras, el abrigo, cogí las llaves y la mochila y me fui.
Me esperaba un gran día.

Holaa!

Hola! Me llamo Suheila, es un nombre con una larga historia, ya os la contaré algún día. Seguramente use más el apodo Soge en el blog.
Bueno, antes de nada, quería dejar claro que lo que voy a escribir en este blog no son textos, ni música, ni nada por el estilo. Es una especie de diario. Lógicamente no pondré nada que se salga de lo normal, sino más bien una forma de ver la vida con un toque adolescente :)
Tengo una cierta idea sobre que poner, qué personajes usar y todo ese rollo. Es el primer.. libro, por así decirlo, que escribo; así que lo siento pero sé que alguna falta se me escapará :P No me importa en absoluto que me aviséis si cometo alguna, pero no os paséis de duros, al fin y al cabo, sólo tengo 14 años.
En fin, pues esto es todo. Espero que os guste !
Un saludo:
Soge ^^