domingo, 16 de enero de 2011

Rutina

"Pii, pii"
El despertador marcaba las siete menos cuarto. "Otra vez como siempre" Pensé.
Fuera en la ventana, las luces de las farolas brillaban como pequeños soles e iluminaban mi habitación.
Era verde y grande, con toques en naranja y rosa. Quizás un poco infantil para mi estilo, pero bueno, estaba bien.
Apreté el botón del dichoso despertador y me levanté. Anduve perezosamente hasta el cuarto de baño y empezé a peinarme. Al mirar al espejo, vi a la misma chica de siempre: el cabello oscuro y rizado por debajo del hombro, la nariz ancha y un poco chata; las espesas cejas y los ojos, tan oscuros que parecían negros, que estaban entrecerrados, fruto de la intensa luz.
Bostezé. Mi boca, con los labios un poco hinchados del sueño, se abrió y dejó ver unos minúsculos dientes que parecían aún de leche. Para evitar que el sueño me venciera me lavé la cara con agua fría y un escalofrío mañanero recorrió mi cuerpo, despertándome por completo.
Casi automáticamente, fui hacia mi habitación para vestirme. Abrí el armario y cogí el chándal del instituto, azul marino con detalles en blanco y rojo. Me lo puse y fui a desayunar.
-A ver que hay por aquí... tostadas? no, tardo mucho en hacerlas... leche? no, que me empalaga más todavía la boca.... esto mismo.
Cogí una napolitana y me la comí mientras hacía la mochila. Era lunes, lo que significaba que tenía educación física y mi espalda cargaría con un libro menos.
-Mamá?
No se oyó nada.
-Estaré imbecil! Tenía que irse a trabajar. Por cierto.. ¿Qué hago hablando sola?
Obviamente me callé. Me puse mis nikes negras, el abrigo, cogí las llaves y la mochila y me fui.
Me esperaba un gran día.

1 comentario:

  1. Original y con talento. Escribo un libro, a pesar de que he leído muchos, y tienes talento - de verdad ehh -.
    Un besito

    Sheila♥

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